Había una vez un niño llamado Juanjo que le gustaba mucho armar en clase.
Pero un día se puso a trabajar y le gano a otro chico llamado Jesús que era
muy listo y que sacaba todos los exámenes dieces pero también armaba y nunca le echaban la bronca.
A Juanjo un día se le ocurrió una idea para hacer que lo pillaran y entonces le puso una chuleta de un examen encima de la mesa.
Ala hora siguiente que era el examen el profesor le miro y vio la unas letras escritas en la mesa.
Jesús sin saber que pasaba asumió la culpa y se llevo un cero.
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