miércoles, 4 de junio de 2014

Las bebidas energéticas NO SON AGUA.


Las bebidas energizantes son bebidas que contienen cafeína, taurina, vitaminas, suplementos herbales y azúcar o edulcorantes y son mercadeados para aumentar la energía, perder peso, resistencia, rendimiento atlético y concentración y son consumidas regularmente por 30% a 50% de los niños, adolescentes y adultos jóvenes.
Aunque las personas sanas pueden tolerar la cafeína en cantidades moderadas, el alto consumo de cafeína, tal como el que suministran las bebidas energizantes, ha sido asociado con serias consecuencias, tales como convulsiones, manía, accidentes cerebro-vasculares y muerte súbita. Existen numerosos reportes en los medios populares, así como en las publicaciones médicas que asocian tales eventos adversos con el consumo de dichas bebidas. La toxicidad clínica comienza con 1g y de 5 a 10g/día puede ser letal. Los autores recomiendan un consumo máximo de cafeína de 2,5 mg / kg / día para los niños y 100 mg / día para los adolescentes, aunque los niveles seguros de consumo de los otros ingredientes de las bebidas energizantes no se han establecido.

El principal riego es el contenido excesivo de cafeína y cantidad calórica, que a decir de los expertos, supera la porción que se ofrece en un refresco de cola. El consumo de cafeína estimula el sistema nervioso central de forma rápida y a la larga puede causar dolores de cabeza.

La ingesta elevada puede provocar temblores o arritmias y trastornos en la absorción de líquidos y fluidos, que modificarían el proceso intestinal.

Otros de sus componentes, como hidratos de carbono y proteínas, pueden resultar perjudiciales si el organismo detecta una sobredosis de los mismos.

En otros casos, los fabricantes etiquetan de “naturales” lo que en realidad son bebidas con potentes diuréticos, que podrían causar molestias musculares e incluso algunos problemas cardíacos.

A la vez, otras sustancias como el ginseng, la taurina, efedrina, guanina y arginina, pueden suponer una bomba para ciertos organismos.

Si se toman dos o tres latas, la cafeína podría provocar irritabilidad, falta de concentración, cambios de humor, agresividad, ansiedad o crisis de pánico.

Expertos advierten que la mezcla de energéticos con alcohol podría suponer un auténtico peligro para la salud. Los estimulantes que poseen estas bebidas contrarrestan los síntomas del alcohol, lo que resulta perjudicial para el consumidor, porque no es consiente de su progresiva intoxicación etílica y sigue bebiendo.

La ingesta por periodos largos mezclando alcohol y bebidas energéticas, puede provocar patologías como cirrosis, hepatitis o tumores, puesto que el cuerpo bebe más cantidad de alcohol de la que puede soportar.

Igual que en el caso del alcohol, la mezcla de este líquido con drogas como la cocaína o la marihuana puede aumentar de forma dramática los riesgos cardiovasculares.

La vitamina B12 se utiliza en medicina para lograr la recuperación de pacientes en coma etílico, provoca hipertensión y estado de excitación. El consumo regular puede desencadenar enfermedades nerviosas y neuronales.

La próxima vez que bebáis esas guarradas pensároslo dos veces lo que os metéis para el cuerpo.

Referencias:

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